14 de enero de 2008

Pinina patiperra


Desde que me traje a la Pinina a la casa, ya se ha escapado dos veces y en ambas ocasiones se demoró tres días en volver al Parque Araucano. La primera vez cometí el error de dejarla solita varias horas y confiar en la malla que había colocado en la reja para que la Julieta no sacara la cabeza... en fin, cuando la volví a tener conmigo pensé que ahora se daría cuenta que es mejor estar en la casa, con comida, camita y cariño. Pero no, la segunda vez se escapó mientras me duchaba y estando todos en la casa; simplemente volvió a romper la malla y tomó rumbo al parque. Aunque salimos a buscarla al rato, no aparecía por ninguna parte.
La segunda vez que se fue pensé que simplemente la perra no era para mí, que ella no volvería más y que encontraría otro lugar donde quedarse. Su espíritu libre fue más fuerte y la calle era más atractiva...
Ahora apareció y tengo muchas ganas de saber si esta vez elegirá quedarse aquí.

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