24 de septiembre de 2008

Central Park

Este increíble parque es como un oasis en esta enorme y movida ciudad. Es un sueño estar aquí y la nota canina de esta visita tiene que ver con lo agradable que es pasear en Central Park, especialmente si tienes un perro. No pudimos recorrerlo mucho, porque es enorme y apenas estaremos un par de días en Nueva York... hay que aprovechar. A esta altura ya echaba mucho de menos a la Julieta, así es que me dió mucha nostalgia ver a la gente paseando con sus perritos en un lugar tan hermoso y tan lleno de vida.

Ahora ya hemos vuelto a Chile y esperamos empezar a subir información sobre nuestro trabajo. Quiero retomar el agility, así es que tenemos muuuuuucho que hacer... Con esto damos fin a las reseñas caninas del viaje y esperemos que se repita alguna vez.

Monumento a Balto, el valiente perro que guió al grupo que salvaría a niños con difteria en Nome, un poblado de Alaska, en medio de una intensa tormenta:




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